Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://regannbua027364.bloggazza.com/37360424/lo-que-dijo-zidane-sobre-el-cabezazo-a-materazzi