Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la https://rafaelcoun614542.digiblogbox.com/62906378/zidane-y-el-cabezazo-que-definió-su-despedida